viernes, 29 de abril de 2011

El aula de los cisnes



Por Egla Gómez

He ideado este titulo parafraseando al compositor ruso Piotr Ílich Chaikovski y su obra, “el lago de los cisnes”, la representación de la naturaleza humana en sus extremos de bondad y maldad, el cisne blanco y el cisne negro. Bien merece titular esta publicación de esta manera si analizamos el contenido del mensaje implícito que he preparado para ustedes, amigos lectores.

         La ambivalencia del bien y del mal, de lo debido y lo indebido, de lo bueno y de lo malo, es una constante de la naturaleza. Así como existe Dios, también el mal tiene su Despacho muy por debajo del cielo. Así como existe la mujer, el hombre existe en igualdad de condiciones. En el umbral del siglo XXI para la mujer en su condición de verdadera dama, no existe hombre indispensable, tampoco existe mujer sin la cual no pueda vivir un hombre verdadero. En la política se habla en el lenguaje de izquierdas y derechas, Caín y Abel imprimen la dualidad del bien y del mal en las escrituras, y se pierden de vista las referencias y ejemplos de los cuales pudiéramos aprovecharnos para demostrar este planteamiento.

         En ocasión a Chaikosvki y su lago de los cisnes, este destacó dos representaciones para simbolizar el bien y el mal, a ellos les conocemos como el cisne blanco y el cisne negro. En todo ambiente humano y social constataremos la existencia de ilustres, dignos y honorables hombres y mujeres, a su vez que yuxtapuestos, justo al lado habrá lo totalmente opuesto, encontraremos el desmerito, la falsa virtud, la genialidad aparente y la gentileza efímera, sólo útil para sus fines más no por gentileza verdadera. Tan común es este escenario que seguro ustedes, estimados lectores, ya han visualizado esta escena descrita, bien sea en sus hogares, en sus amistades, en sus amores, en sus artes y profesiones, y más certero aún, ustedes mismos representan uno de estos dos cisnes, uno de estos dos lados, una de las caras de la moneda, sin alusiones personales.


Continuemos con la lectura y el mensaje de reflexión.

         Sigfrido, un noble príncipe heredero, joven y de sobradas virtudes, como muchas de las personas de probidad y buena voluntad, es en “el lago de los cisnes” el sujeto en busca de definir su vida personal. Odette, una bella dama personifica la verdad, el mérito y la razón en opuesta parte de Odile, el cisne negro que personifica la incapacidad de no ser mejor o igual, el cisne negro que ella representa, como todo ser cargado de sombra y maldad, es respaldada por el poder que representa su mentor, el mago Rothbart. Hasta ahora seguramente siguen asociando estos personajes con algunos seres de su vida real, y nuevamente, ustedes se verán reflejados en alguno de estos personajes.
         En la geometría del poder, mérito y desmerito coexisten en una común batalla que no tiene fin, en la realidad académica de Venezuela y de toda institución académica a nivel mundial esta guerra es librada en cuyo campo de batalla Sigfrido es la personificación de cada ciudadano ansioso de explorar nuevos horizontes y hallar la luz de las verdades a través de la ciencia y la superación personal. Pues cada Sigfrido de las aulas protagoniza la obra de Piotr Ílich Chaikovski, el lago de los cisnes, con una ligera adaptación en esta ocasión, como han de notar.

         Cuando cada participante se adentra en las aulas, el aula de los cisnes, brotan sus mentores y maestros como las aves, tal cual surgen en el segundo acto de la obra original. Incandescentes doctores y letrados, damas de las artes y las ciencias con perfil sereno o severo, depende de su buen o mal genio, pero todos siendo cisnes, algunos negros y otros blancos, compartiendo el mismo lago, la academia. El aula goza de la debida luz y tiniebla y siempre existe un Rothbart con perfil de todopoderoso o mago. En todas las formas de relaciones humanas siempre está presente el poder como factor del bien o del mal, según sea el caso.

         Sigfrido al igual que cada ciudadano en busca del saber y de la virtud, suele ser un principiante atraído por el encanto de lo debido y seducido por el vicio de lo inadecuado. Lo que se juega en esta escenificación es la calidad humana, técnica, científica y profesional de cada persona y para dicha de muchos, los cisnes blancos abundan pero en desdicha sean mayoría o minoría, los cisnes negros de la mano de Rothbart, el poder y la imposición, atentan contra el mérito y desprestigian el noble fin que Platón dio a la academia cuando fundó la primera universidad en los jardines de Academo, en honor a quien se denominan las universidades “academias”.

         Así como siguen los actos de bailarines en el denominado el lago de los cisnes, así se desarrolla el aula de los cisnes. La incesante lucha del bien y del mal representados por quienes tienen la misión de formar y gerenciar la educación, por una parte, y por quienes hacen de la docencia y la gerencia educativa, una triste evocación del cisne negro, desmérito, oscurantismo y poca o nula virtud.

         Si han visto la obra o han leído las referencias de ella, el lago de los cisnes tiene al menos tres finales distintos. Sigfrido al verse enamorado de Odette, bella mujer convertida en ave por un hechizo de Rothbart para que nadie la despose, un ejemplo del eterno intento de opacar las virtudes ajenas, así cada participante tendrá la oportunidad de encontrar meritorios hombres y mujeres de probada capacidad andragogica y gerencial, alguna de las veces, trastocadas por el nunca faltante Rothbart, el poder sin méritos. Habrá ante cada participante Odile, el cisne negro de la improbidad en la educación y la gerencia educativa y en esta constante, al final de la historia hay tres vertientes con sus finales. Un Sigfridoy una Odette que luchan contra el poder y vencen para avivar la verdad, o un Sigfrido y una Odette que prefieren abandonar la vida así como algunos abandonan las aulas ante la hegemónica improbidad o el abandono de la virtudes y el talento y la huida de Odette cuando no haya lugar.

         Juzguen ustedes, mis reiterados estimados lectores, la aplicabilidad o no de esta adaptación en la realidad educativa y profesional de cualquier lugar del mundo, escojan libremente un lugar donde puedan constatar que ello ocurra, hablémonos con la verdad. Es posible que ustedes se sientan reflejados en la obra, ya que pertenezcan al bien o al mal, lo que sí es tangible y claro, es que entre el mérito y el desmerito existe una lucha constante, ustedes escojan de qué lugar ocupan en esta obra, ustedes definan su visión en “el aula de los cisnes”

2 comentarios:

  1. Excelentes reflexiones sin lugar a dudas. Quien no se vea identificado con alguna de estas dualidades ontológicas, que lance la primera piedra.

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  2. Prof. Mario Boza, agradecida de su apreciación. Gracias por visitar este espacio. Mi respeto.

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