Las uniones más perdurables han de ser por excelencia la unión que nace del amor entre padres e hijos y en la manera que este amor es correspondido. Si aún no sabes de qué eres capaz de hacer, pregúntate qué harías por tu hijo y no habrá respuesta que no nazca del corazón, esa será la verdadera respuesta.
¿Qué tiene que ver esta reflexión del amor de familia con investigación y metodología? Que como todo científico y metódico investigador, la inexpugnable unión entre el profesional y su profesión debe semejarse a la unión entre padres e hijos, es la mejor referencia para ejemplarizar la fusión entre el profesional y su arte y oficio. Nunca conocerá la luz del saber quien no ama la cultura y quien no rinde culto al estudio como su pasión. Así las cosas quien no ame su profesión obrará siempre con vanos esfuerzos.
Es una convicción propia pensar que no existe profesionalismo sin una identidad personal coronada por el sentido común y la probidad. Cada quien debe practicar lo que predica pues un ser integro es aquel que dice lo que piensa y actúa en función a lo que ha dicho. Cuando la sinergia entre el pensar, el decir y el hacer, se alinean en un individuo, sea cualquiera que sea su visión de las cosas, goza de plena integridad y vaya que es cuesta arriba lograr tal sinergia.
Limitarse como facilitadora a cubrir un programa académico desdice mucho del profesionalismo que debe tenerse a la hora de plantarse ante cada participante, siempre debe mirarse más allá de las formalidades académicas. El mejor ejemplo de ética frente a un participante es la imagen que proyecta su facilitador.
Ama tu profesión y harás de ella una más de tus hijos. Ética para Amador es una obra que dedicara Fernando Savater a su hijo Amador y que merece tiempo y dedicación de cada uno de ustedes, estimados lectores. En un intento por llevar a ustedes, más de lo que es el deber que me ha correspondido, deposito en sus manos un bestseller de obligada lectura.
Lcda. Egla Gómez
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