Seguido del artículo anterior, ANDRAGOGIA APLICADA, “Como lograr resultados en prevención a través de la Educación a Adultos”, llega ahora como un complemento del tema ya abordado en la pasada publicación. Sigue siendo para muchos una interrogante latente ¿Cómo lograr que el nuevo participante abandone los dogmas, métodos y técnicas pedagógicas? ¿Cómo iniciar al estudiante en el mundo de la andragogía sin generar traumas ni temores? Y es que la realidad latente es la que da lugar a esa interrogante, la población de nuevos estudiantes universitarios recién salidos de las aulas liceistas afrontan una realidad muy diversa y diferente para la cual muchas veces no ha sido preparados. Si sumamos todas las implicaciones emocionales que conlleva el cambio de ambiente tanto académico como familiar, el cambio de ciudad, de entorno, de hábitos y de rutinas que bien afectan aún al adulto más centrado, imaginemos esta suma de impresiones y emociones en mozalbetes incipientes en el campus de cada una de sus universidades.
De la realidad del aula de la escuela a la inmensidad de la realidad del Alma Mater es una brecha abismal en la que muchos suelen estancarse por causas que no son imputables al estudiante, el participante inicia un viraje de proporciones gigantescas que bien valdrían comparar al titulo de la trama Julio Verne, "de la Terre à la Lune" (De la tierra a la luna) Pues así es la visión del nuevo estudiante universitario a la hora de abrirse espacios en su vida universitaria, una vista distante de la tierra a la luna. ¿El deber del facilitador? Ser el Julio Verne capaz de atravesar con ellos la travesía.
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